La falta de estrategia y las consecuencias de negar el peor escenario
La gestión de Agustín Lozano en la Federación Peruana de Fútbol se caracteriza por no analizar cuidadosamente la factibilidad de los proyectos. Veamos 4 ejemplos concretos en los que le ha ido mal.
Para cualquier estrategia de negocio existen tres escenarios posibles: el optimista, el probable y el pesimista. Una característica de la FPF desde que Agustín Lozano es presidente es que todos sus proyectos carecen de un análisis profundo de los escenarios posibles, lo que denota una seria falta de estrategia, conocimiento y predictibilidad de esta subcategoría del negocio del entretenimiento, de cómo se gestiona el producto fútbol. Me refiero a cuatro proyectos en específico: el repechaje con Australia para el Mundial Qatar 2022, la licitación de los derechos audiovisuales de la Liga 1, la pérdida de la sede del Mundial Sub 17 y ahora la final de la Liga 1 2023, con un superclásico de por medio y una premiación que no se pudo llevar a cabo. Decisiones que a todo nivel afectan el desarrollo del negocio del fútbol peruano y determinan el fracaso de su gestión al mando de la federación.
Ponerse en todos los escenarios posibles es parte del trabajo de un estratega. Y Lozano no es un líder positivo, ni menos una persona que crea en la estrategia, sino en la suerte. Los que lo conocen de cerca saben muy bien que es una persona extremadamente supersticiosa. Para él, el éxito está determinado por el destino, no por el trabajo. Sus colaboradores son ejecutores de lo que para él ya está predestinado.
Primer ejemplo: repechaje frente a Australia. Para este partido, es verdad, para muy pocos fue una opción perder. Pero una cosa son los fans y otra los dirigentes que deben tomar decisiones con la cabeza fría. Perú decidió viajar con anticipación a este partido, pero no para reconocer la cancha de Qatar y prepararse concentrados para un trascendental partido de definición. Fue un viaje de turismo y relajo. Donde fueron invitados dirigentes de todas las divisiones del fútbol peruano. ¿Con qué motivo?
Pero lo peor de todo es que para la FPF el partido ya estaba ganado de antemano. No hablamos del técnico Ricardo Gareca y el plantel de jugadores. Ellos sabían bien que nos jugábamos algo tan importante como disputar el cupo para una segunda clasificación consecutiva a la Copa del Mundo. Sino para los dirigentes, para Agustín Lozano en específico. Y se dio el resultado que nadie puso como opción pero que siempre estuvo sobre la mesa: perder.
En este viaje se programó con una escala de dos semanas previas en la ciudad de Barcelona, donde viajó perro, pericote y gato en el avión de la selección, en el bien llamado “avión pachanguero”. La selección peruana llegó sin entrenamiento ni reconocimiento previo al campo de juego del estadio Ahmad Bin Ali de Qatar. ¡Una cancha donde Australia había jugado partidos por las eliminatorias asiáticas!
La concentración de Barcelona y Doha fue un escándalo, con hinchas paseándose como un su casa por el lobby, la prensa con libre acceso a los jugadores, influencers haciendo contenido, etc.
El resultado en la cancha reflejó quizás al peor Perú que se haya visto en la era Gareca. La selección peruana quedó fuera del Mundial. ¿Por qué? Por que nunca se puso sobre carpeta el peor escenario: perder el partido con Australia y quedar fuera de Qatar 2022. Esta situación desencadenó también en la no renovación de Ricardo Gareca como entrenador, a lo que también se puede añadir como otro gran fracaso de su gestión.
Segundo ejemplo: los derechos audiovisuales de la Liga 1. Cuando decidieron cambiar de operador e iniciar un nuevo modelo de transmisión de la Liga 1, la FPF no hizo ningún tipo de estudio de factibilidad para implementar un nuevo formato de suscripciones por pago adicional. ¿Estaba el consumidor del fútbol peruano en la capacidad de pagar extra por ver la Liga 1? ¿Estaba dispuesto a cambiar de operador únicamente por seguir el torneo local? ¿Por qué estaban tan seguros que Movistar iba a sumarse a su proyecto si finalmente le estaban arrebatando un contenido exclusivo? ¿Por qué pensaron que todo iba a salir de maravillas y no se pusieron en el peor escenario? ¿Por qué no midieron el efecto de la piratería?
Estamos viviendo exactamente el escenario que no contemplaron: el más pesimista. El consumidor peruano ha elegido la piratería como primera opción para ver los partidos de la Liga 1, una práctica ilegal que ha explotado sin control y sin un equipo de protección de contenidos que pueda contrarrestarlo a todo nivel (se sabe que hay una empresa trabajando para erradicarla pero aún sin buenos resultados). Esta situación ha puesto en riesgo el éxito del proyecto. ¿Qué pasa si no funciona el modelo? ¿Qué pasa si fracasa? Si no es rentable. ¿De qué van a vivir los clubes?
Contrario a lo que pensaban en la FPF (porque estaban seguros), Movistar decidió no aceptar a Liga 1 Max en su grilla, sino todo lo contrario, empezaron una batalla legal que se acrecentará en los próximos meses con las demandas de arbitrajes a los clubes que no respetaron la cláusula de preferencia. No esperaron el escenario de tener a Movistar en contra. Es decir, por no analizar el peor escenario está poniendo en riesgo la economía de todo el fútbol peruano. No sólo se perdió a la audiencia de 1 millón 300 hogares de Movistar TV, con todo lo que eso significa en términos de consumo para la Liga 1, sino que ahora no se sabe a ciencia cierta cómo va el proyecto simplemente porque no hay data (o no la quieren mostrar). Ni rating de IBOPE, ni cantidad de abonados. No se sabe nada. ¿Por qué tanto secretismo?
¿Han acaso contemplado el peor escenario en el que los equipos pierdan los arbitrajes y terminen con millonarias demandas? ¿O nuevamente están ciegos ante esta posibilidad? Porque las consecuencias pueden ser catastróficas contra los clubes que no respetaron la cláusula de preferencia. ¿Quién va a pagar esas demandas? En este caso sí sería recomendable que vayan analizando todos los escenarios posibles.
Tercer ejemplo: la pérdida de la sede del Mundial Sub 17. Perú fue noticia a nivel internacional en abril de este año luego de que la FIFA decidió retirarle la sede del Mundial Sub 17 alegando “incapacidad para cumplir con sus compromisos y terminar las infraestructuras necesarias para disputar el torneo". ¿Por qué no pudimos gestionar profesionalmente un proyecto de esta envergadura? ¿Acaso no se realizaron estudios de factibilidad antes de presentar una propuesta a la FIFA?
La asignación de la sede se dio el 23 de octubre de 2019 en Shangai, China, cuando Agustín Lozano ya era presidente de la Federación Peruana de Fútbol. Antes de pasar por el bochorno mundial de ser despojados de un evento mundial de la FIFA, se debió analizar las posibilidades económicas del país de hacer frente con esta organización, que implicaba la remodelación de estadios a nivel nacional. El peor escenario era que el gobierno no apoye económicamente esta propuesta, especialmente si era un evento post pandemia. Hubo el tiempo necesario para rechazar ser sedes del Mundial Sub 17, pero dignamente, priorizando la inversión en salud del estado, que durante la epidemia del Covid-19 fue lo más importante y por ese mismo motivo, muchos eventos internacionales, de igual o más importancia, se cancelaron.
Cuarto ejemplo: la fallida premiación en Matute de la Liga 1 2023. Para la transmisión de Liga 1 Max, el escenario más favorable era que los fans de Alianza Lima celebrasen el título en su estadio con su gente por el espectáculo que se generaría visualmente. Esa era uno de los escenarios. Pero era una final cerrada de antemano. Que Universitario logre el título era una posibilidad latente. El espíritu deportivo siempre debe estar presente pero la rivalidad entre estos dos clubes es marcada. Y este año se ha acentuado en todo aspecto: en lo deportivo, en lo dirigencial, en materia de fans y se ha vivido todo el año en redes sociales. ¿Premiar a Universitario en el estadio de Matute y dar la vuelta olímpica ante un estadio repleto únicamente de hinchas blanquiazules no les parece un poco descabellado y poco criterioso? Las bengalas tiradas al cancha antes de que termine el partido fue un anticipo de lo feo que se podía poner la situación. Y quien decidió que lo correcto era bajar la palanca de la luz justamente cuando el árbitro Edwin Ordóñez indicó el final del partido fue para evitar quien sabe, la vergüenza, en primer lugar de que den la vuelta en tu casa y también los hechos de violencia que podían presentarse por esta situación.
Universitario celebró a oscuras en Matute. Se puso en riesgo la seguridad de los espectadores, se mermó la exposición de los patrocinadores de la Liga 1, la calidad de la transmisión y se suspendió la premiación de la Liga 1 2023, con el doble gasto operativo y de personal que eso significa. ¿Por qué no se puso en análisis este escenario? ¿Acaso pensaron que los hinchas de Alianza Lima iban a aplaudirlos alegremente en la premiación?
Lo lógico hubiese sido que los dos partidos se jueguen en el Estadio Nacional, incluso con las dos hinchadas presentes, como se ha hecho en el pasado, pero con la seguridad policial requerida en este tipo de espectáculos deportivos de alto riesgo. Pero nuevamente no se pusieron en el peor escenario. Pensaron otra vez que todo iba a salir a su favor. Y nuevamente se equivocaron. Es lamentable porque que en la federación también trabajan profesionales muy valiosos, pero que han perdido mucho peso en las decisiones. Hoy Agustín Lozano es quien influye directamente en todos los proyectos. Sin conocer cómo se maneja esta industria del fútbol. Toca de oído y es desafinado. Queda claro, con cuatro ejemplos, que no es un estratega que se pone en todos los escenarios posibles. Más bien se guía por la suerte y la improvisación. Y los resultados hablan por sí solos.