Juan Reynoso tenía el crédito asegurado todo el 2024. ¿Qué situación adelantaría su salida de la selección peruana?
La próxima fecha doble en noviembre ante Bolivia y Venezuela son claves. Agustín Lozano, el presidente de la FPF necesita clasificar al Mundial para asegurar la reelección el 2025.
Agustín Lozano, el presidente de la Federación Peruana de Fútbol, dejó su palco en el Estadio Nacional en el medio tiempo del partido con Argentina, con el 2 a 0 en contra, y se retiró del recinto con un evidente rostro de preocupación. Al retirarse soltó la siguiente frase: “Tengo que hablar seriamente con Juan”. Reynoso había presupuestado internamente en la Videna y públicamente ante la prensa, en la previa de las eliminatorias sudamericanas, que no esperaba menos del 50% de puntos en las primeras cuatro fechas. El resultado ha sido otro: la selección peruana consiguió sólo un punto, está ubicado en el penúltimo lugar de la tabla y lejos de las posiciones de clasificación al Mundial del 2026. Si bien es cierto, es una competencia que recién ha comenzado, lo que alerta internamente en la Videna es que el rendimiento ha sido muy por debajo de lo esperado y que se haya perdido la mística ganadora del equipo. “A pesar de que lo vemos trabajar como ningún otro técnico, todos estamos preocupados por los resultados”, nos dijo una fuente al interior de la FPF.
Lozano no está dispuesto a sobrellevar más críticas de las que arrastra actualmente debido a las múltiples denuncias en su contra y su cuestionada gestión al mando de la FPF y estaría dispuesto a repensar la idea con la que empezó este nuevo proceso: el crédito abierto para trabajar todo el 2024 la Copa América de Estados Unidos y las fechas eliminatorias que regresan en septiembre del siguiente año. Esta idea cambió después del partido con Argentina. Lo que se menciona en la FPF es que si no consigue al menos 4 puntos en la próxima fecha doble, de visita ante Bolivia en La Paz y de locales ante la sorprendente Venezuela, le pedirán que renuncie.
Hay tres temas que preocupan en la FPF. Dos de ellos, tienen que ver con lo económico. Primero, que los patrocinadores estén intranquilos con los resultados iniciales de la selección y que en las primeras cuatro fechas, el impacto en medios y en redes sociales haya sido muy negativo con la críticas hacia el DT. Las marcas que compraron el patrocinio (valorizados los más caros en 10 millones de dólares) de una selección con posibilidades de ir al Mundial y están recibiendo todo lo contrario.
Segundo, que las tribunas estén pidiendo su salida. Pues en la Videna, preocupa y mucho, el dinero. Las finanzas no son las mismas que en anteriores procesos debido a que pagó cerca del 30% menos en derechos audiovisuales. Las entradas son de las más caras de la región debido a la alta expectativa de los fans y un divorcio entre los hinchas y el equipo podría afectar el ritmo de venta e incluso el sostenimiento de los altos precios.
Hoy el ticketing por los partidos de Perú de local es un ingreso de caja estratégico para asumir el ritmo de gastos de una selección, que cuando viaja al extranjero no se mide, reserva el hotel completo y como en Santiago, decidió quedarse un día más, aumentando en 25 mil dólares los gastos de hospedaje, alimentación y traslado.
Tercero, es la voz de los jugadores. Aún no se ha formado un grupo cohesionado. La tensión al interior del plantel es propia por la presión de resultados. Se suma la poca claridad de Reynoso en las convocatorias y en la determinación de la lista final para los partidos. El caso de Oliver Sonne fue el más claro. El jugador del Silkeburg de Dinamarca fue enviado a la conferencia de prensa el sábado pasado, a la llegada de Santiago de Chile, como carne de cañón (o estrategia de distracción) y luego fue sacado de la lista del partido con Argentina. Este tipo de incongruencias afectan en lo emonional, pero lo más alarmante es que jugadores aún no entienden la idea de juego del técnico.
Hay un grupo de futbolistas que conoce a Juan Reynoso de cerca porque han sido dirigidos por él, como es el caso de Yoshimar Yotún, con quien fue campeón en México con el Cruz Azul, que lo respaldan al 100% y buscarían ser el nexo entre el plantel y él. Otro de ellos, es Santiago Ormeño, del Chivas de Guadalajara, que fue llamado ante la necesidad de contar con más jugadores de confianza por encima de lo futbolístico. Los jugadores han comprado la idea de hacer concentraciones rígidas pero también se han dado cuenta que la metodología de Reynoso no está dando resultados. Entonces, han empezado a cuestionarla.
Pero existe otro factor más importante, Agustín Lozano busca perpetuarse todo el tiempo que le sea posible como presidente de la Federación Peruana de Fútbol, y sabe muy bien que después de haber perdido la clasificación a Qatar 2022 en el repechaje frente a Australia, su imagen quedó por los suelos. A eso se sumó la no renovación de Ricardo Gareca y el conflicto por los derechos de TV de la Liga 1 de este año. No clasificar al Mundial del 2026 con 6.5 cupos de por medio, sería un fracaso estrepitoso, que sí pondría su reelección en riesgo el 2025
Es por ello que si Perú no consigue 4 puntos en la próxima fecha doble, la salida de Juan Reynoso como DT de la selección peruana es un hecho. Aún no existen alternativas de entrenadores en carpeta. Pero está literalmente con la soga al cuello. Lozano estaría dispuesto a poner su cabeza en una bandeja de plata ante el clamor popular y así darle un respiro a su imagen. No ha hablado de este tema directamente con él, el estilo de Lozano es todo menos frontal, pero cada uno de los involucrados en esta historia, lo sobreentiende.