Juan Carlos Oblitas está ciego, sordo y mudo
El 1 de agosto de 2018 salió en conferencia cuando unos audios comprometieron a Edwin Oviedo con César Hinostroza. Hoy se mantiene silencio en plena crisis del fútbol peruano.
Cuando aparecieron los audios que supuestamente comprometían al ex presidente de la FPF, Edwin Oviedo, con el “hermanito” César Hinostroza en los #CNMAUDIOS, en el que el denominado por la policía capo de los Cuellos Blancos del Puerto, devenido en prófugo de la justicia, buscaba gestionar los Fan ID para su esposa y él para el Mundial de Rusia 2018 y que posteriormente llevarían a Oviedo preso, Juan Carlos Oblitas no dudó en sentarse inmediatamente en el backing de la selección peruana y afirmar frente a toda la prensa, que tras haber escuchado esos audios “sentía asco” de que la federación esté involucrada en ese tipo de situaciones. Dijo, además, en esa rueda ante los periodistas, que los temas dirigenciales no deben afectar lo deportivo. Tuvo el descaro de parafrasear a Diego Maradona diciendo: “la pelota no se debe manchar”.
La última vez que lo entrevisté fue hace más de 20 años cuando trabajaba en la revista ONCE como redactor y él era DT de Sporting Cristal. Y el panorama mucho no ha cambiado desde entonces. Oblitas sigue siendo quizás, el máximo líder de opinión en el fútbol peruano (su palabra es ley) y tiene a su disposición a un sector de la prensa que casi lo “idolatra” y que no es capaz de cuestionarlo en nada, así nuestras selecciones den pena a nivel continental. Si le preguntan de las paupérrimas actuaciones de las selecciones juveniles, él se va por la tangente, a pesar de que es el Director Deportivo de la FPF y elude es su responsabilidad con la elegancia que lo caracteriza. Critica el sistema de menores. Pero según él, él no es parte del problema. Es un capo de la retórica, eso es innegable.
Si le preguntan de las canchas en pésimo estado del fútbol peruano o de la crisis de la Liga 2, él gambetea con clase como en sus mejores épocas de futbolista. Si le preguntan de la crisis de los derechos de TV, mete un freno en seco y sale por el costado con la pelota dominada. Porque no es su tema. No le incumbe. No importa si cuatro clubes se estén desangrando con la FPF en una batalla legal sinfin. No sabe, no opina. Si le preguntan de la pésima gestión de Agustín Lozano, mira para el costado, como quien hace la jugada del desprecio. Ahí sí es ciego, sordo y mudo. Ahí si no hay conferencia de prensa. Ahí no siente asco. En las entrevistas personales que acepta, las acepta, para literalmente, no decir nada. Para no aceptar la responsabilidad de su cargo: DIRECTOR DEPORTIVO de la FPF.
Juan Carlos no viajó a la última gira de la selección por Asia. Esta vez los amistosos no fueron organizados por Lions Sport & Media, del argentino Daniel Tamoborini, persona muy cercana a Oblitas. Esta fue la empresa que tuvo la fantástica idea de jugar un amistoso previo al repechaje en Qatar frente Australia en Barcelona. Un partido que a la selección en lo económico no le beneficiaba mucho, les pagaron poco más de USD 300 mil (a pesar de que el estadio estuvo lleno por la cantidad de peruanos en España y la expectativa de ver a un Perú casi mundialista). Pero sí comprometieron a que la selección se quede dos semanas en Barcelona, que el vuelo se retrase 4 horas en el aeropuerto y el plantel llegue tarde a Qatar y juegue el partido decisivo por el repechaje ¡sin haber ni siquiera reconocido la cancha! Eso no le da asco.
Perú debió jugar el amistoso ante Nueva Zelanda en Qatar y no en Barcelona. No hay que ser un erudito del fútbol para saber eso. Necesitas tiempo para acostumbrarse a un país totalmente extraño, con una temperatura extrema, más allá de que se juegue en un estadio temperado con la última tecnología. Porque por su parte, Australia llegó a ese partido jugando de local cinco partidos de las eliminatorias asiáticas en el estadio Ahmad bin Ali Stadium. Pero Perú llegó directamente al estadio. Una ventaja tremenda. ¿Por qué a Oblitas no le da asco que los dirigentes no hayan reclamado ese detalle formalmente a la FIFA? Fue una ventaja deportiva. La FIFA no lo hubiese permitido si Perú se ponía fuerte y rebotaba este tema mediáticamente. Lamentablemente en la FPF están más preocupados de defenderse a través de cuentas fake en Twitter que enfocar la comunicación con estrategia. A Oblitas, eso no le dio asco. Mudo.
Hasta el día de hoy Ricardo Gareca no se perdona ese detalle. Debieron llegar a Qatar con anticipación y jugar el amistoso allá. Si el tema era económico. Déjenme decirles que lo que se perdió en patrocinios, inversión publicitaria, ventas de productos oficiales, transferencias de jugadores, turismo, etc, fue desastroso para la economía de la industria del fútbol. Se calculan 100 millones de dólares que se esfumaron en una definición por penales ante Australia. Ni hablar del avión de la ¿selección? llenó de hinchas, ni hablar de la intranquilidad en el hotel en Qatar, que fue todo lo contrario a un espacio de concentración previo a un partido decisivo para clasificar a nuestro segundo Mundial consecutivo. Oblitas avaló todo eso. Cuando Gareca decidió no continuar, Oblitas renunció. Hizo una buena finta. Y regresó a los pocos días para sentarse nuevamente en su puesto de Director Deportivo de la FPF. La etapa de Gareca quedó como un lindo recuerdo que no volverá. Y él permaneció en la Videna para seguir haciendo lo que mejor hace el Ciego. Nada.